Problemas... Aveces parece tan sencillo desconectarse del mundo, tan solo encendiendo tu reproductor, colocándote los cascos y tumbado en la cama, apretar el botón del volumen poniéndolo al máximo. Los sermones de tu madre, el estres por los exámenes, el corazón roto, desaparece solo por unos instantes en tu cabeza, tus oídos, se ven entonces inundados por la melodía de tu canción favorita y entonces el mundo parece un poco menos malo.
Y la música te invade, haciendo que tu corazón se llene de ese sentimiento tan perfecto y ocurre algo que solo las buenas canciones consiguen hacer, se te pone la piel de gallina y te dejas llevar por el momento más feliz , a veces el único, del día.
Y aunque algunos le parezca raro, para muchos, la música es su mejor aliado, el único amigo, que mil veces te hará llorar, sentir y vivir, que te verá reir y soñar. Tú único compañero en las noches frías. El que jamás, y digo JAMÁS, te dejará.
Es un estilo de vida, sin música no hay vida, una canción puede describir exactamente lo que sentimos en cada momento. Siempre estará ahí para hacernos sentir mejor.
Sin embargo, muchas veces los seres humanos tenemos la mala costumbre de estropear buenas canciones con malos recuerdos. Entonces nos hará llorar o quizá nos llenará de rabia, pero debemos que aprender que cada canción forma parte un momento de nuestra vida, si la canción termina puedes volver a escucharla, aunque ya nunca volverá a ser igual que la primera vez.
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